viernes, 13 de febrero de 2009

La noche de los campeones




Cada año, Federación Deportiva del Azuay homenajea a quienes sobresalieron en sus disciplinas y actividades a fin al deporte.

Para algunos fue una velada inolvidable, para otros, la alegría de unir un eslabón más a su carrera de éxitos. El Festival de Campeones que cada año organiza Federación Deportiva del Azuay (FDA), es el espacio para hacer un alto a los entrenamientos y reconocer a: deportistas, entrenadores, dirigentes, trabajadores, empresas e incluso periodistas que trascendieron con sus actuaciones en el año que se fue.
Los homenajeados acompañados por amigos, familiares y novios(as) ingresaban luciendo sus mejores galas. Los atletas dejaron la indumentaria deportiva en el ropero; quizá nadie se acordó de ellos, ni de las sacrificadas jornadas de alistamiento que demandan tanto cansancio.
A medida que el anunciador llamaba a los mejores deportistas y prospectos por disciplina, la tarima del Salón de la Ciudad, se llenaba por momentos de deportistas de todas las edades. Con la medalla colgando del cuello, en seguida los flashes para la foto del recuerdo y los abrazos a granel.
El momento más emotivo de la noche fue la nominación del Mejor Deportista del 2008. Jefferson Pérez, se llevó por enésima ocasión el premio. La medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Beijín, despedazaron las ilusiones de cualquier otro aspirante. El galardón recibió su hermano Fabián, a quien escoltaron como finalistas: Rolando Saquipay, Fausto Quinde, Byron Piedra y Jhoana Ordóñez, todos ellos atletas.
“Este logro no es solo mío, sin la ayuda de los deportistas, empresa privada y las autoridades de la Federación Ecuatoriana y Federación Deportiva, no se hubiera conseguido lo que hoy celebramos en el atletismo” aseguró Edwin Loyola, premiado como mejor dirigente. El atletismo, cerró con broche de oro al ser considerado el deporte de mayores éxitos y tener además a Manuel Ortiz, quien se ciñó el premio de mejor entrenador nacional.
Los técnicos extranjeros se pusieron rojos de la vergüenza, porque ninguno se hizo merecedor a reconocimiento.
La velada tuvo un tinte especial; durante la ceremonia se homenajeó a Eduardo Encalada, quien deja la dirigencia deportiva luego de una fructífera gestión que difícilmente será superada.
Encalada sentado en la fila de invitados especiales, agradecía los elogios haciendo la venia. No habló ante el público, pero se despidió dando un abrazo de los miembros de la mesa y a los trabajadores de la entidad. El momento fue tan emotivo que a más de un deportista y entrenador se le escaparon las lágrimas.(ROO)

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